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lunes, 6 de febrero de 2017

[180] Habeas corpus vegetalis


“Where have all the flowers gone?”, de Pete Seeger (1955)



Esta semana, como cierre de la serie “Preguntas sin respuesta”, vamos con “¿Adónde se fueron todas las flores?”, una famosísima canción de Peter “Pete” Seeger que resuena con la primera de la serie, “¿Qué aprendiste hoy en la escuela?”, que aunque no la había compuesto, también cantaba Pete (repasen el posteo 170, de diciembre pasado, si no aprendieron nada).



Esta canción, la de las flores perdidas, fue compuesta por Seeger justo en la época en que el “Comité Parlamentario de Actividades Anti-Americanas” (HUAC, por sus siglas en inglés) liderado por el nefasto Joseph McCarthy lo investigaba por su pensamiento de izquierda, junto a otros artistas, y cuando Pete se negó a dar nombres y acusar a amigos y compañeros y a responder sobre lo que pensaba, lo acusaron por desacato, lo condenaron y decretaron su encarcelamiento, que finalmente no llegó a concretarse por diversos detalles, aunque su carrera se hundió durante varios años y recién en los sesentas pudo resurgir.

Como muchas de las canciones más cuestionadoras del poder y del status quo, esta es una melodía simple, alegre, sencilla de letra, nada confrontativa. Uno tiene que prestar mucha atención para entender por qué significó tanto para los movimientos antibelicistas, de derechos humanos e, incluso, para los “anti-casamiento”, como nuestra amiga Joan Baez (repasen al respecto, si les da la energía, el posteo 158, sobre “It ain´t me, babe”).

La melodía es súper-tranqui, morosa (pues es, y no quiere disimularlo, una canción folk de los años cincuenta), en tono mayor, suavecita. La letra, por su parte, abre con la pregunta que titula la canción, y se estructura como una serie de preguntas y respuestas que se van encadenando unas con otras.

La pregunta inicial del cantor es melancólica, y tranquilamente podría encabezar una canción de temática ambientalista: “¿Adónde se fueron todas las flores, hace tanto tiempo?”. Esa añoranza vegetal se repite tres veces, hasta que llega la respuesta: “Las muchachas las arrancaron todas”, y la conclusión, una nueva pregunta: “¿Cuándo van a aprender?”. Ese verbo final, en futuro, hace que el “largo tiempo atrás” del comienzo de la estrofa se haga presente: esto no es algo que se resolvió en el pasado, sino algo que sigue sucediendo, que nos atañe hoy.

Hasta aquí, un suave reto ante una contravención municipal de poco fuste. Chicas: no se lleven las flores de la plaza. El romanticismo y la típica irreflexividad adolescente de las cabezas de novia atenta contra la parquización del espacio público y el ciclo de vida de las plantas con flor.

Pero en las sucesivas estrofas, aunque la estructura de la canción se mantiene, la temática va mutando paso a paso ante nuestros ojos. En la segunda estrofa, el cantor se pregunta: “¿Adónde se fueron todas las chicas?”. Reclama, con indisimulada añoranza, que no hay ya muchachas a la vista, y se pregunta qué pasó con ellas. “Todas se consiguieron marido”, es la respuesta, y la conclusión, la misma de antes: “¿Cuándo van a aprender, tontitas?” (el “tontitas” está elidido, pero se sobreentiende).

En la tercera estrofa, los que están faltantes de stock son los varones: “¿Adónde se fueron todos los muchachos?”. Como cuarentona que se lamenta “Ya no hay hombres”, el cantor se pregunta qué pasó que ya no se ve ningún hombre joven, y la respuesta es sencilla pero terrible: “Todos se hicieron soldados”. La conclusión, ya se la imaginan: “¿Cuándo van a aprender, salamines?”.

Hasta aquí llegaba la canción original de Seeger. En 1960, sin embargo, Joe Hickerson completó la letra con dos estrofas más, volviéndola circular, y esa versión es la que se popularizó en los sesentas (la cantó Marlene Dietrich en alemán en el 62, eso impulsó también la fama de la canción) y de allí hasta nuestros días.

A mí me gusta más la versión original de tres estrofas, que es más vaga, menos explícita, más parecida a la canción cosaca (“Koloda-duda”) en la que se inspiró Seeger: “¿Dónde están las flores? Las muchachitas las arrancaron. ¿Dónde están las muchachitas? Los jóvenes las desposaron. ¿Dónde están los jóvenes? Se fueron a la guerra.”

Las dos estrofas extra vuelven la canción más explícita y, en el final, más sorprendente, paradojal, pues el final ahora regresa, como un rulo en una cinta continua, al comienzo, reconectando con la primera estrofa.

La penúltima pregunta: “¿Adónde se fueron los soldados?”. La respuesta es feroz: “Todos se fueron a la tumba.” Ahí están las tumbas, una junto a la otra, en amplios cementerios, como recordatorio de lo estúpidas y criminales que son todas las guerras.

Pero el recordatorio no dura mucho, porque las tumbas también se pierden: “¿Adónde se fueron todas las tumbas?”, pregunta la estrofa final, y la respuesta es: “Todas se cubrieron de flores.”

O sea: aunque no las veamos, las tumbas están allí. Y la próxima jovencita que arranque un crisantemo podría estar quitándolo, inadvertidamente, del sepulcro de un muchachito que fue enviado a morir para que algunos viejos se volvieran más ricos.

En la estrofa final, la conclusión no es exactamente igual que en las demás, porque no se les pide a las tumbas que aprendan (menos mal, porque son duras): “¿Cuándo vamos a aprender?”. Eso sí me gusta, del final extendido: los que tendríamos que aprender de todo esto, de este ciclo nefasto de pérdida de flores y de gente, somos nosotros, toda nuestra sociedad, vos incluida, yo incluido. Lástima que somos proverbialmente duros de entendederas, al igual que las lápidas, y podemos, al parecer, tropezar con las mismas piedras una y otra vez hasta volverlas arena.



Where have all the flowers gone?

Where have all the flowers gone
Long time passing?
Where have all the flowers gone
Long time ago?
Where have all the flowers gone?
Girls have picked them every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the young girls gone
Long time passing?
Where have all the young girls gone
Long time ago?
Where have all the young girls gone?
Taken husbands every one
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the young men gone
Long time passing?
Where have all the young men gone
Long time ago?
Where have all the young men gone?
Gone for soldiers every one.
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the soldiers gone
Long time passing?
Where have all the soldiers gone
Long time ago?
Where have all the soldiers gone?
Gone to graveyards every one.
When will they ever learn?
When will they ever learn?

Where have all the graveyards gone
Long time passing?
Where have all the graveyards gone
Long time ago?
Where have all the graveyards gone?
Covered with flowers every one.
When will we ever learn?
When will we ever learn?
¿Adónde se fueron todas las flores?

¿Adónde se fueron todas las flores
hace tanto tiempo?
¿Adónde se fueron todas las flores
largo tiempo atrás?
¿Adónde se fueron todas las flores?
Las muchachas las arrancaron todas.
¿Cuándo van a aprender?
¿Cuándo van a aprender?

¿Adónde se fueron todas las muchachas
hace tanto tiempo?
¿Adónde se fueron todas las muchachas
largo tiempo atrás?
¿Adónde se fueron todas las muchachas?
Todas se consiguieron marido.
¿Cuándo van a aprender?
¿Cuándo van a aprender?

¿Adónde se fueron todos los muchachos
hace tanto tiempo?
¿Adónde se fueron todos los muchachos
largo tiempo atrás?
¿Adónde se fueron todas los muchachos?
Todos se hicieron soldados.
¿Cuándo van a aprender?
¿Cuándo van a aprender?

¿Adónde se fueron todos los soldados
hace tanto tiempo?
¿Adónde se fueron todos los soldados
largo tiempo atrás?
¿Adónde se fueron todos los soldados?
Todos fueron a la tumba.
¿Cuándo van a aprender?
¿Cuándo van a aprender?

¿Adónde se fueron todas las tumbas
hace tanto tiempo?
¿Adónde se fueron todas las tumbas
largo tiempo atrás?
¿Adónde se fueron todas las tumbas?
Todas cubiertas de flores.
¿Cuándo vamos a aprender?
¿Cuándo vamos a aprender?

En síntesis: una bella y suave canción para entonar cuando el mundo entero (y  nuestro país también, por supuesto) se descalabra cometiendo (otra vez) los mismos errores de siempre.

Hasta la próxima semana, donde volveré a presentar un nuevo tema musical. Salvo que, milagrosamente, aprenda.


DJ Vago

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